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Visitar el Castillo de Valderrobres
La historia de Valderrobres está estrechamente ligada a la figura del castillo, que se alza en la parte alta del municipio, presidiendo el lugar. Este castillo es una de las grandes fortalezas de época gótica que existen en Aragón y su origen se remonta a finales del siglo XII, sin embargo no se descarta la idea de que sea mucho más antiguo. El edificio está construido en torno a una roca natural fortificada que servía como elemento defensivo, bien por los cristianos en el proceso de reconquista o por alguna de las culturas precristianas que habitaron estas tierras.
La construcción del castillo se llevó a cabo gracias a la actuación del arzobispo García Fernández de Heredia, sin embargo, el edificio tuvo una función más de palacio que de defensa. Es por eso que a finales del siglo XIV, el arzobispo García Fernández de Heredia inició la transformación del castillo defensivo en un palacio episcopal. A pesar de que García murió en 1411, un arzobispo de origen catalán llamado Dalmau de Mur se encargó de continuar la tarea. Así pues, fue el encargado de reconstruir la segunda planta y la parte alta del castillo, dotándole del típico estilo aragonés. En un primer momento el castillo se construyó como residencia de los arzobispos de Zaragoza, sin embargo, con el paso de los años sirvió como vivienda para otras personalidades.
El castillo de Valderrobres fue la residencia de varias familias nobles como los Oteyza y Don Pedro Martínez de Luna y vivienda ocasional de la reina aragonesa doña Leonor de Alburquerque y doña María de Castilla. Incluso en una de sus dependencias se celebraron las Cortes de Aragón, a cargo del rey Alfonso V, en el año 1429. Hasta finales del siglo XVII los arzobispos de Zaragoza siguieron siendo los Señores del castillo, que estuvo habitado hasta 1656. A partir de ese año comenzó un abandono progresivo, lo que provocó el deterioro y la ruina del edificio. Su impresionante fachada presenta unos altos muros, además de ventanales góticos. Desde el patio de armas se accede a todas las plantas del edificio, que cuenta con un total de tres, además del pasillo para la guardia. Antiguamente la planta baja tuvo la función de caballerizas y bodega; la planta noble estaba dedicada a acoger las estancias de los obispos como el comedor, la biblioteca y la residencia; y en la planta superior se encontraban las dependencias de los servicios.
Entre sus salas destacan la Sala de Deliberaciones, salón de las Chimeneas, una gran cocina, la sala de los Leones y la cámara dorada, además del Salón de las Cortes. En 1931 el castillo de Valderrobres fue declarado monumento nacional, sin embargo no fue hasta 1977 cuando comenzaron las obras de reconstrucción. En los años 1982 y 1983 se recuperaron bóvedas y suelos de buena parte del antiguo palacio. Si visitas el castillo, además de poder contemplar una increíble obra de arte arquitectónico, tendrás la posibilidad de observar todo el territorio de los alrededores: el Pantano de Pena, los Puertos y la Comarca del Matarraña. El castillo busca recuperar el antiguo esplendor que tuvo en épocas pasadas. Actualmente se ha convertido en un espacio para la cultura donde tienen lugar exposiciones, congresos y actuaciones de música.