Curiosidades de Càlig
Cálig y la Orden de Montesa
La historia de la villa de Càlig se remonta más allá de la llegada de los cristianos a estas tierras del Maestrazgo. Muestra de ello son los numerosos vestigios que han sido encontrados en los alrededores de su término municipal. Algunos de los asentamientos que han sido encontrados datan de la época íbera, como los de la Tossa y la Picossa; el periodo romano, como el Mas d’Aragó, que está ubicado en el término de Cervera; y también de la época árabe con algunos asentamientos o poblaciones que aparecen citados en la Carta Puebla. Estas poblaciones fueron Benigulfur, Beniterei, Oleia y Alí, esta última compartió el documento poblacional con Càlig.
En el año 1234 Hug de Fullalquer, maestre de la Orden de los Hospitalarios, otorgó la Carta de Población a Pere de Balaguer y a Bernat de Puig para que poblaran la villa de Càlig. Se trata del documento histórico más antiguo que hace referencia al municipio. Una vez entregada la Carta Puebla a Càlig y a los municipios árabes de su alrededor, éstos comenzaron a ser abandonados hasta que desaparecieron y solamente Càlig, acogido y poblado según los Costums de Lleida, sobrevivió gracias a la exención de impuestos y a los privilegios dados por los Hospitalarios. Debido al aumento de vecinos, en el año 1312 la parroquia de Càlig se separa de la de Cervera del Maestre, a la cual pertenecía. Siete años más tarde, concretamente en 1319, la villa de Càlig pasa a formar parte de la Orden de Montesa, en la que pertenecerá hasta el siglo XIX, con el fin de los señoríos.
A partir del 11 de enero de 1540, Càlig fue erigida como villa independiente por el maestre de la Orden de Montesa, Francesc Llançol de Romaní, que hasta el momento había estado unida al Castillo de Cervera. Durante la Guerra de los Segadores, acontecida en el año 1649, las tropas francesas asediaron y ocuparon la población. Algunas de las consecuencias de este saqueo, fueron que la población se quedara sin alimentos básicos de subsistencia y la supresión del gobierno municipal. Además, el pueblo tuvo que hacer frente a un pago de 320 libras si no querían que el ejército francés hiciera daño a las mujeres y a toda la villa.
A partir del año 1700 Càlig es testigo de un rápido crecimiento poblacional, expandiendo el municipio fuera del casco viejo. Las casas se edificaron a continuación de los cuatro portales de la villa: el Portal de Sant Josep, el de Vinaròs, el de Ulldecona y el de la Font. No obstante, la ampliación de Càlig se llevó a cabo principalmente en la zona norte, donde aparecieron nuevos arrabales y se construyeron patios, bodegas y corrales de ovejas, principalmente. Uno de los episodios trágicos que sufrió el municipio, junto al resto de poblaciones del Maestrazgo, fueron las Guerras Carlistas, especialmente con la primera de ellas.
En 1837 se produjo dentro de la población un sangriento enfrentamiento entre Carlistas y Liberales comandados por Francisco Brotons, quien venció a los partidarios del Rey Carlos y llenando las calles del municipio de sangre. Unos años más tarde, en 1885, a estos terribles acontecimientos se sumó una epidemia que provocó una gran cantidad de muertos entre la población. Debido al gran número de contagiados de cólera hizo que Càlig fuera la población del Maestrazgo que más sufrió sus consecuencias, registrando un total de 250 muertos.
En 1956 una fuerte helada provocó que muchos habitantes de Càlig abandonaran el municipio y emigraran hacia Cataluña, causando un importante descenso demográfico que no volvió a recuperarse hasta la década de 1980. Fue a partir de entonces cuando Càlig comenzó a recuperarse y su crecimiento demográfico fue aumentando poco a poco para convertirse en lo que es ahora.