Curiosidades
La ciudad romana de Lesera
Diversos hallazgos arqueológicos han demostrado que en la zona ha habido pobladores desde la prehistoria. Sin embargo, el hallazgo arqueológico más importante de la zona y, seguramente en todo Castellón, sea el de La Moleta dels Frares, una población ibero-romana que en su día fue un lugar estratégico en las comunicaciones entre el Mediterraneo y el valle del Ebro.
Este hallazgo fue descubierto en 1876 y las investigaciones realizadas a partir de entonces revelan una continuidad poblacional desde la Edad de Hierro hasta la época tardo-romana. Durante el periodo romano tuvo una gran importancia, siendo el único yacimiento de este periodo entre Sagunto y Tortosa y siendo conocida como la ciudad romana de Lesera. Unos años más tarde, los pobladores se desplazaron y se diseminaron por el término estableciéndose en lugares como el Podio Albo o Puig-Blanch, nombrados en diversos documentos del siglo XIII.
La historia de la población del Forcall, tal y como la conocemos hoy en día, tiene su origen en unas alquerías árabes que fueron conquistadas por oficiales de Blasco de Alagón en 1235. En el año 1240 pasó bajo el dominio del Infante Pedro de Portugal, quien seis años más tarde hizo entrega de la Carta Puebla en nombre de Jaime I. Después de la conquista, Forcall se convirtió en una de las aldeas tradicionales de Morella, pasando a formar parte de los señoríos de Blasco de Alagón. Fue elevada a la categoría de villa el 2 de mayo de 1264, bajo la jurisdicción de Morella y en 1361 fue fortificada.
Cien años después, en 1463, durante la Guerra Civil Catalana los habitantes del Forcall se levantaron contra el rey Don Juan II de Aragón, poniéndose de parte de los catalanes. A este movimiento se unieron la gran mayoría de poblaciones del Maestrazgo a excepción de Morella y Sant Mateu, que permanecieron fieles al rey.
Durante muchos años el Forcall estuvo enfrentado a Morella, hasta que el 9 de febrero de 1691 finalmente consiguió la independencia municipal a manos del rey Carlos II. No fue hasta el siglo XIX en el que el Forcall volvió a tener un claro protagonismo como escenario de las Guerras Carlistas. Desde entonces, el municipio ha ido creciendo y ocupando un importante lugar dentro de la comarca de Els Ports que todavía hoy podemos comprobar paseándonos por sus calles y plazas.